En una visita a la capital el pasado miércoles 6 de Abril, a la entrada en una boca de metro se repartían diarios de los llamados “gratuitos”. Esto no es ninguna novedad. Otras veces ya se daban, pero ahora solamente se repartía una cabecera. La crisis no perdona y los ajustes de gastos publicitarios en las empresas se ve que tampoco ha perdonado al sector y ha sido una única cabecera la que ha resistido.
Tomé el ejemplar que se me ofrecía, con una cierta desconfianza porque desconocía la tendencia del equipo redactor y por ende la del medio en cuestión. No lo pude leer hasta que subido en el autobús de regreso “al poble” le dí un vistazo a la portada.
El principal titular, situado en el centro de la página destacado en letras enormes decía:”El asesino de la webcam” y en letras menores: “mata a su pareja embarazada y lo exhibe en la red”. En la parte de arriba, un espacio dedicado a “4-0 salvo hecatombe…el Madrid de cabeza a semifinales. En la esquina superior derecha “El Barça recibe al Shakhtak con cautela. Pep: me veo más fuera que dentro de la eliminatoria”. Abajo, ocupando la parte derecha de la página: “ Biebermanía en Madrid” y en la otra esquina de abajo, con caracteres más pequeños: “Ideas para el comercio valenciano: marketing callejero para ganar clientes.”
Para encontrar una noticia política hay que ir a la página 5: “El PP ya tiene la foto de Ángel Luna sentado en el banquillo” de los tribunales de justicia, naturalmente.
Quiero pensar que el diario sobreviviente a la crisis es el que más publicidad soporta y por ende es el mejor valorado por sus lectores habituales. Quiero pensar también en la independencia del equipo de redacción. Y cómo no, he de creer que a la hora de decidir los asuntos de portada, los que más interesan a los lectores, este equipo de redacción valora los gustos de sus clientes-lectores o de sus clientes-publicitarios.
Si tenemos en cuenta que a las ocho de la mañana el común de los trabajadores del centro de una gran ciudad son los que entran y salen del metro, podemos fácilmente inferir cuales son los temas de interés para el ciudadano medio: la violencia doméstica exhibida sin pudor sensacionalista, el futbol de dos equipos concretos (o de uno y su rival, que no es lo mismo), el concierto de Justin Bieber en Madrid y algo sobre el comercio valenciano.
He descrito tal vez demasiado prolijamente la portada para darse cuenta en qué nivel está el ciudadano interesado por áreas tan importantes de la vida social como la política, la economía –fundamental en tiempos de crisis- los movimientos sociales, la cultura, etc. Esto no indica más que la despreocupación del ciudadano por asuntos que le conciernen. Y cuando uno no soluciona aquello que le afecta lo más seguro es que otro lo resolverá por él y no en beneficio del despreocupado sino resolverá en su propio interés y conveniencia. Esto es lo que no podemos consentir que pase.
Ciudadano lector, de cosas tan rutinarias como la que he descrito observarás tú muchas en la sociedad que nos rodea: siguiendo los programas de las cadenas de televisión, en las charlas de los bares, els esmorçars, en la filà, etc. Puede ser que discrepes de mí, pero acepta mi idea: cuando abdicamos de nuestra responsabilidad como lo que somos, habrá otro que invadirá nuestros derechos. Ahora estamos cerca de unas elecciones que influyen muy directamente en nuestra convivencia diaria, las que más sin duda alguna: las municipales y autonómicas: los poderes que tenemos más cercanos. Apliquémonos el cuento y decidamos en consecuencia.
Enric Cerdá.
Somos personajes casuales en un mundo ficticio, donde aún manda papá y de noche sale un morfeo alado cual halcón silencioso para sacarnos de paseo al mundo de la ilusión. Nos mantienen los sueños y seguimos pensando que la vida nos la dan, en lugar de hacerla a nuestra imagen. Un pasmo.
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