Son pocos dias, 8 ó 10 a lo sumo, cuando la floración del
albaricoquero se encuentra en su máximo esplendor. Pasear bajo aromáticos
túneles florales, aspirar el sutil e inconfundible olor de su minúscula flor,
penetrar en el rosado colorido del delicado conjunto, constituyen algunos de
los placeres que nos permite la naturaleza en el receso de cualquier mañana del
marzo brillante. Hay otros lugares recordados, pletóricos por su floración, su
color y su entorno, pero este que me regala la espontánea primavera de mi
pueblo, Ontinyent, en la Vall d'Albaida agrícola, es tan diferente como aquellos del recuerdo. Disfrutadlo.
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