miércoles, 23 de febrero de 2011

23 F en Ontinyent

Yo estuve allí, en el ayuntamiento. Era concejal por la UCD. Me enteré como casi todos por la radio. Al llegar a la alcaldía me encontré a Rafa Tortosa, alcalde entonces, perplejo, entre el asombro y lo incierto. Cruzamos palabras, de vez en cuando hilvanábamos una frase, nos sentimos momentáneamente aliviados. Luego fuí a casa para tranquilizar a mi mujer, ocupada con nuestras hijas aún pequeñas.
Antes de llegar, escuche en radio nacional Valencia la toma de la emisora por los militares y la misiva que cada pocos minutos repetían referente a que en breve hablaría una autoridad militar para dar instrucciones y recomendaba que no saliera nadie a la calle. En aquellos momentos los tanques circulaban por la avenida del Puerto y las imágenes que en algún momento ví en la tv Valencia aparecía desierta.
En casa nos pegamos a la radio en busca de novedades. Recuerdo que las primeras noticias del interior las dió una diputada del Partido Socialista de Cataluña, Ana Batllebó, que la dejaron salir del Parlamento porque estaba en estado avanzado de gestación. Decía que los militares iban sacando del Hemiciclo a miembros del gobierno y algunos parlamentarios de la oposición. Esto les producía incertidumbre y miedo porque no sabían qué iban a hacer con ellos. Después nos enteramos que fué una acción estratégica: los metieron a cada uno en un despacho diferente y vigilado para mantenerlos aislados. Decía la diputada que algunos diputados llevaban radios de bolsillo y que las noticias corrían entre ellos, pero en el interior llegaron a pensar que las unidades militares habían tomado las principales capitales españolas. Téngase en cuenta que en aquél entonces no existían los teléfonos celulares.
Como la televisión y la radio no daban nuevas noticias fuí de nuevo al ayuntamiento en coche. Debían ser las 10-11 horas de la noche, no circulaba nadie por la calle. Me recibió el policía de guardia que me dió a entender que de momento allí había tranquilidad. En la alcaldía encontré de nuevo al alcalde, al secretrio de entonces Sr Hilario y algún otro concejal que no recuerdo. La situación por increible rayaba la tragicomedia. El alcalde llamó en varias ocasiones a la sede del PSOE en Valencia, a sus compañeros de partido y de UGT, pero no le cogían el teléfono. Por fín alguien contesto en el PSOE de Valencia. Obviamente Rafa Tortosa pedía instrucciones y estas fueron claras y concisas: -deshaceros de los archivos de los militantes y escondeos hasta que esto se aclare-. El concejal que presenciaba la conversación, yo creo que era de alguno de los dos partidos comunistas que  había en el ayuntamiento, salió pitando con el consiguiente susto para dar instrucciones a los suyos. Telefoneó el alcalde al teniente del cuartel de la Guardia Civil para saber cuáles eran las instrucciones que tenía de sus superiores. La verdad es que fué muy tranquilizadora su respuesta pués dijo que había cerrado el cuartel y dado instrucciones para que nadie se moviera de allí dentro.
La nota curiosa de la noche se produjo con la llamada desde algún pueblo de la Vall preguntando por el secretario porque en aquél pueblo se presentó el comandante del puesto de la Guardia Civil, pistola en mano, para dar la orden que él se hacía cargo de la situación y que desalojaran el ayuntamiento. Obviamente el secretario le dijo que cumpliera la orden a rajatabla.
Anéctotas de una situación única, que pudo suponer un parón y el cambio hacia un régimen autocrático con el secuestro de los derechos civiles.
El Rey supo estar en su sitio. Aquello fué definitivo para parar el golpe.
Rafa Rovira

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